La primera floración de la cultura China.
Los primeros hallazgos de cerámica pintada proceden de Kansu en el noroeste y de Shantung en la costa oriental. Deben haber tenido origen a principios del 2º milenio a.C. y presentan ya un motivo ornamental que se repite sin cesar en el arte chino: espirales entrelazadas sin principio ni fin. Esas vasijas servían como urnas funerarias y bandejas votivas para conservar alimentos y bebidas.
Hacia la mitad de 2º milenario a.C. aparecen vasijas y armas de bronce. En esos bronces se ven, como decoración, dos representaciones características donde entonces del arte chino: la máscara en forma de animal estilizado y el dragón.
A mediados del 2º milenio a.C. se fija el principio de la dinastía Shang que reina unos 500 años. Al hacer excavaciones en Anyang aparecieron las sepulturas reales de los Shang y en ellas un archivo con miles de “huesos oráculo”. Aquellos signos planteaban preguntas, grabados por los sacerdotes del oráculo en huesos de animales y caparazones de tortuga que se introducían a continuación en un fuego. La respuesta dependía de las resquebrajaduras producidas por el fuego.
Hacia el año 1400 a.C. el Rey Pang Keng edificó junto al río Amarillo (Hoang-ho). Los chinos hicieron allí casas, levantaron extensos palacios y grandes mausoleos para los monarcas.
El arte de esa época revela dos logros: vasijas blancas, precursoras de la porcelana china, y estatuillas en piedra, con tan asombrosa fuerza expresiva que el arte plástico chino rara vez volvió a igualarla más tarde.
La época de Han y Tang
La segunda floración de la cultura china bajo la dinastía Han y Tang, en el período entre los años 200 a.c. y 900 d.C. fue precedida por la aparición de dos importantes filósofos y moralistas: Lao Tsé (s. VI a.C.) y Confucio (551-479 a.C.). El taoísmo degeneró después en una superstición plagada de hechicerías y conjuros. El confucianismo se convirtió a la vez en ley y religión del Estado.
Bajo los emperadores Han, China se convierte en un gran imperio que levanta al Norte muros de tierra contra los Hunos y que mantiene al Oeste comercio con los romanos y a través de la “ruta de la seda”. También inventaron el papel (d.C.) y la seda.
Bajo los emperadores Tang China se extiende hasta el Tibet e impone vasallaje a casi 100 pueblos asiáticos. En esta época alcanza la lírica china su apogeo (por ejemplo Li-tai-pe).
El “canal Imperial” enlaza el Yang-Tsé con el Hoang Ho.
Conocemos la casa china de la época Han por las reproducciones que acompañaban a los difuntos como residencia de sus almas. Eran edificios de varios pisos, cada uno de los cuales tenía un alero, precursor de la pagoda.
Al final del periodo Tang, las casas de los ricos tenían baños, calefacción, abanicos mecánicos y surtidores artificiales.
El mobiliario casero se componía de madera y lacas, lámparas y espejos de bronce, copas de plata y vidrio, y vajilla de porcelana.
Aparecieron en seda y en papel las primeras pinturas profanas, paisajes y retratos del emperador.
La influencia del Budismo
Misioneros indios llevaron a China en el siglo I d.C. el budismo que, aunque acogido con tolerancia, no pudo competir en principio con las doctrinas moralistas del taoísmo y confucianismo.
El budismo no conquistó adeptos en masa hasta que llegó la época de gran necesidad y aflicción que siguió al derrumbamiento de la disnastía Han.
En esos siglos de rápida alternancia de pujanza y atonía política se originan los grandes templos rupestres y monasterios de piedra.
Sólo quedaron después las estatuas de piedra. Budas alineados uno junto al otro por centenares en largos pasillos, demonios en figura de personas o dragones y bodhisattvas. Se convierte en el arte chino por excelencia.
Pero esos siglos son también ricos en progreso científico y técnico. La imprenta, 700 años antes que en Europa, permite al difusión de la cultura escrita.
Un nuevo florecimiento
En el siglo XIII China padece la inundación de las hordas ecuestres de los mongoles. En 1368 vuelve a recibir el imperio un nuevo soberano chino; un monje budista dirige la rebelión contra los mongoles y funda la distanía Ming, que reina hasta 1644.
Se confían a la arquitectura grandes tareas. Se alza la “Muralla China”, de 2.500 km de trazados por montes y valles.
En la “Ciudad Prohibida”, recinto imperial de Pekin, se construye el gran Templo del Cielo, en rotonda, los grandes pabellones con sus tejados arqueados y el palacio de verano.
El arte de la porcelana llega a su más alto grado de refinamiento decorativo: el azul de vidriado de fondo aumenta al máximo su brillantez. Nace la porcelana más bella y delicada que se ha hecho jamás.
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