En la asociación de ideas que sugiere “Vietnam” intervienen menos los lugares históricos y los monumentos artísticos que la colonización, las luchas de resistencia, la guerra y la violencia.

La corta autonomía del reino reunificado – en 1883 los franceses ocuparon la ciudad imperial de Hue – no permitió ningún “siglo de oro” ni crear monumentos concebidos para la eternidad. Tras las civilización de Dong Son, la época dorada y el actual Vietnam fue la de los reinos Shan (200-1720) pero el conocimiento de esta gran civilización ha desparecido casi totalmente de la conciencia histórica. A diferencia de los otros países del Extremo Oriente, los logros autónomos más destacados de la cultura vietnamita no se encuentran en las artes plásticas y aplicadas, sino en la literatura.

Hue, ciudad Imperial

El emperador Gia Long (1802-1819), fundador de Vietnam y de la dinastía Nguyen (1802-1945), estableció su residencia oficial en la orilla norte del “río de olor agradable”. Era la primera vez en la historia del Vietnam que una sola corte reinaba en los territorios comprendidos entre Yunnam y el Golfo de Siam. Gia Long construyó su “Ciudad Prohibida”, réplica de la de Pekin, imponiendo grandes sacrificios a la población. La estructura de los edificios acusa la influencia china, pero presenta peculiaridades inequívocamente vietnamitas.

Las tumbas imperiales: armonía del más allá rebosante de vida

Aparte del hecho de que reproducen claramente las tumbas de los Ming chinos, las tumbas imperiales, situadas en el maravilloso paisaje de colinas que rodea a la ciudad de Hue, son las muestras arquitectónicamente más destacadas e impresionantes de la dinastía Nguyen. La tumba de Minh Mang (construida en 1841-1843), a la que sólo se accede por barca, atravesando el “río de olor agradable”, es una de las tumbas mejor conservadas y restauradas de los alrededores de Hue.

Hoi An. La antigua puerta a occidente

La ciudad portuaria de Hoi An se convirtió a principios del siglo XVI en uno de los lugares de trasbordo más importante del Extremo Oriente. Todas las compañías europeas dedicadas al comercio marítimo tenían allí sucursales y el consistente intercambio cultural entre Oriente y Occidente, que era muy activo, acentuó la importancia de Hoi An. Actualmente el casco antiguo de la ciudad ofrece un vivo panorama de templos, pagodas, centros de reunión, relicarios, casas de elanes, tiendas y viviendas privadas. La obra más conocida es el llamado “Puente Japonés” que está cubierto y fue construido en el siglo XVI por la comunidad allí establecida para unir los distritos.

Los reinos de los Sham

Viajando por el Sur de Vietnam hacia el centro del país, encontramos ruinas abandonadas aquí y allá, en lo alto de las colinas. Se trata de restos del pasado que no guardan nada en común con la cultura actual. Son como ruinas de un mundo ajeno a Vietnam. Muchas ruinas tienen su origen en los reinos de los Sham, cuyo apogeo se extendió entre los siglos IV y V.

Las estatuas son testimonios de que los reinos de Shampa eran principalmente hinduistas y, en este contexto, adeptos a Siva para ser más concretos. Asimismo, el periodo budista se extendió desde el siglo VIII hasta el siglo X.

La arquitectura Sham se caracterizaba por tres tipos de construcciones: un santuario en forma de torre (“kalan”);
la denominada biblioteca de forma rectangular, y una gran sala (“mandapa”).

Las torres Sham siempre se levantaban en lo alto de las colinas, desde donde disponían de una situación estratégica privilegiada: desde ellas se divisaba toda la región. Asimismo estos lugares se consideraban centros de fuerzas mágicas, que los hacían idóneos para la meditación. Todo esto trae a la mente de Borobudur de Java, que también se erigió en plena naturaleza y del que también se decía que atraía a las fuerzas sobrenaturales.