Esta sala ilustra a la perfección el famoso proverbio «un trabajo de chinos». Llaman especialmente la atención las obras talladas en marfil. La obra más sorprendente en esta vitrina es este objeto con 16 esferas concéntricas.
Es una especialidad de la ciudad de Cantón. Cada una de las esferas gira libremente una dentro de la otra. El proceso de realización supone la ejecución de orificios diagonales, que permiten el uso de una herramienta en ángulo recto que va cortando las esferas desde el interior hacia el exterior. Una vez separadas, las esferas se van tallando desde el exterior hacia el interior, añadiendo a cada capa diseños de intrincadas filigranas. Se podían hacer hasta 40 esferas concéntricas en una bola.
La última obra de estas cinco salas dedicadas a China, es la fotografía del Padre Isaac Liquete, misionero en Vietnam durante más de treinta años y gran promotor de este museo.
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